La compañía de robótica que está desarrollando un recolector automatizado de fresas recibió un importante impulso financiero de inversionistas internacionales con una recaudación de 9.5 millones de euros.
Saga Robotics ya tiene robots Thorvald operando en granjas en Reino Unido, Noruega y los los EE. UU. La ventaja es que ofrecen un tratamiento ligero para controlar hongos como el moho en fresas y vides, lo que se traduce en una reducción significativa de fungicidas.
Al ambicioso proyecto se ha sumado la empresa noruega de inversión climática soberana Nysnø Climate Investments, junto con ADM Capital Europe LLP, con sede en Londres, el grupo financiero noruego Propagator Venture y Rabo Food & Agri Innovation Fund, el brazo de inversión del banco agrícola holandés Rabobank.
“La agricultura ha experimentado un enorme desarrollo en las últimas décadas, lo que ha permitido gran parte del crecimiento de la población, así como el crecimiento de la prosperidad que hemos visto en los últimos 50 años”, aseveró Pål Johan From, director ejecutivo de Saga Robotics.
“Nuestro objetivo es que Thorvald desempeñe un papel clave en la transición hacia prácticas agrícolas más sostenibles y eficientes, y vemos enormes oportunidades de mercado para el crecimiento internacional en todos los segmentos en los que operamos”.
“La pandemia Covid-19 ha acelerado la necesidad de avanzar en el uso de la robótica en la agricultura, ya que la tecnología desempeñará un papel cada vez más importante en la reducción del riesgo laboral en el proceso de recolección” agregó Alastair Cooper, director de inversiones de riesgo en ADM Capital Europe LLP.
“El Cibus Enterprise Fund se complace en agregar Saga Robotics a su creciente cartera de inversiones sostenibles en tecnología agroalimentaria. Los robots de Saga mejoran la sostenibilidad en la agricultura al reducir la compresión del suelo, las emisiones de CO2 y las pérdidas de producción debido al moho.
“Usando tecnología de agricultura de precisión, Saga reduce el uso de pesticidas y fungicidas y aumenta el rendimiento de las plantas. Con aplicaciones de datos de calidad, comenzaremos a ver una mayor inteligencia procesable proporcionada a los agricultores “.
