La Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos, CFIA, estableció medidas para que los productores de lechuga romana en California tuvieran que certificar que sus productos no tengan rastro de E.coli. Como resultado, los productores de esa región, así como los importadores canadienses buscan llegar a una solución. Se estima que estas nuevas medidas podrían costarle a la industria canadiense entre $11 millones y $13 millones de dólares por semana, así como un costo extra para los productores de California.
A pesar de que la FDA y la CFIA están colaborando para buscar una solución, las regulaciones siguen estando activas. Además, otras asociaciones se encuentran participando, “CPMA continuará trabajando con la industria y el gobierno para tratar de mitigar este impacto tanto como sea posible; nuestro objetivo es evitar una situación similar a medida que avanzamos ”, dijo Ron Lemaire, presidente de la Canadian Produce Marketing Association.
Los productores de California se encuentran preocupados por la imposición de esta medida y por el posible seguimiento de la misma. Por una parte, realizar la prueba les genera un costo adicional, ya que deben de pagar por ella y también deben de pagar por el almacenamiento de la lechuga mientras esperan los resultados de la prueba. “Estamos muy seguros de que los canadienses hubieran podido disfrutar de la lechuga romana de una manera segura, pero las consecuencias no deseadas de implementar las pruebas significan que (algunos) transportistas deciden no enviar y que posiblemente se produzcan escaseces en el mercado debido a esas decisiones”, dijo Ron Lemaire.