Después de pasar por el reto de la supervivencia en tiempos de COVID-19, la industria espera un repunte en las ventas. El oeste de México proporciona una gran cantidad de frutas y verduras que se consumen en los Estados Unidos en invierno.
Los distribuidores tienen expectativas altas respecto a la temporada y afirman que a medida que vaya avanzando ésta mejorará. A principios de noviembre del año pasado, Al Voll, vendedor de Fresh Farms, mencionó que poco a poco están volviendo a un equilibrio.
Los distribuidores del oeste de México, se han enfrentado a una serie de eventos como el ya conocido por todos COVID-19 y una seria caída en las ventas de servicios de alimentos cuando los restaurantes cerraron o recortaron sus operaciones.
Otro de los problemas que se han presentado durante el comienzo de la temporada es el tema del transporte. Los transportistas pidieron una “cosecha creativa”, es decir, en vez de cosechar seis cargas al día, pueden cosechar dos.
Asimismo, Al Voll afirma que la demanda de fletes ha ido en aumento.Las tarifas de flete de los camiones refrigerados se han disparado porque los consumidores realizan pedidos en línea en lugar de comprar en los supermercados locales.
Por su parte, Fresh Farms exportó calabacín, calabaza amarilla, calabaza gris así como pepinos de Sonora y logró realizar la transición a la zona de cultivo de Guaymas en México a finales de noviembre e incluir a Sinaloa en diciembre. Con esta estrategia esperan tener mayor audiencia y que las cosas mejoren para la industria.
Jesús González, gerente general de Crown Jewels Produce, afirmó que la temporada extendida se debe en gran parte a la agricultura protegida, como las casas de sombra. Asimismo, dijo que en noviembre del 2020, Crown Jewels importó pepinos, calabazas y melones.