Uno de los pocos aspectos positivos de las crisis es que las personas y organizaciones se ven obligadas a tener una mayor apertura al cambio. Esto es algo que ha ocurrido con algunas organizaciones y empresas de alimentos en Estados Unidos. “La FDA tuvo un nuevo nivel de interacción con el sector privado que nunca antes se había visto”, dijo Frank Yiannas, Comisionado Adjunto de Política Alimentaria y Respuesta de la FDA.
La FDA y las empresas han tenido que colaborar para enfrentar diversos retos, por ejemplo, uno de los retos que se presentaron al inicio de la pandemia fue verificar y dar confianza a los consumidores que los alimentos no podían transmitir el coronavirus. Aunado a esto, las empresas tuvieron que seguir las recomendaciones de las organizaciones para garantizar la seguridad de los trabajadores frente a esta pandemia.
Entre otras medidas, la FDA revisó las políticas de etiquetado para permitir cambios con el fin de acelerar los nuevos procedimientos en la distribución nacional de alimentos. También, este departamento organizó pruebas piloto para mejorar la trazabilidad de algunos alimentos.
Durante este periodo, la FDA ha logrado llegar a nuevos acuerdos con México. “Durante años, las papayas mexicanas se han enfrentado constantemente a retiradas del mercado estadounidense. Para extinguir firmemente el problema, este año la FDA cooperó muy de cerca con el liderazgo de la Asociación Internacional de Productos Agrícolas de Texas y, lo que es más importante, SENASICA, la “FDA” de México, así como con los productores, empacadores y transportistas mexicanos para detener la propagación de enfermedades transmitidas a las papayas. Todo el sistema de distribución, incluidos los minoristas estadounidenses, participaron en la discusión”, señaló Frank Yiannis.